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makumba

Rock agresivo con perfume de mujer

Rock agresivo con perfume de mujer

De apoco la ciudad fue tragada por la niebla, quizás también de esa forma, Panza se engulló el escenario de Kalma Bar el pasado viernes 27. Pasadas las 12:20 el cuarteto noise con impronta femenina recogió el guante que le dejó los teloneros platenses de Face Cream.

La banda integrada por Mariana Bianchini (voz), una femme fatal que nunca derrapa en sus divagaciones sonoras, Sergio Alvarez (guitarra), un virtuoso de las seis cuerdas que deambula entre marcadas distorsiones pedaleras y escalas celestiales, Franco Barroso (bajo), un laburante de bases poliritmicas que se atreve a desmarcarse e incursionar en melodías punzantes y complejas, y Pablo Contursi (bateria), un muro sonoro de pulso electrónico pero que es pura tracción rockera; recorrió, a lo largo de una hora y media, alrededor de una veintena de composiciones propias en un recital corto pero contundente.

Panza es una banda que bien podría ser un trío, su sonido remite a esa formación tan minimalista y cruda, pero no, es un collage musical conformado por cuatro elementos que se disputan equilibradamente el terreno musical. No es fácil encontrar agrupaciones que combinen de forma tan concreta lo aspero del género y la dulzura de una frontman (frontwoman sería en este caso?) femenina que es pura actitud punk, una mina que puede susurrar la tonada más cadenciosa o inundar el recinto con un alarido visceral.

 Tocaron temas que fueron desde su primer album (Sonrisas de plastilina del año 2000) hasta el que es hasta ahora su último registro de estudio (Nada es rosa del 2005) y dejaron los oídos platenses con ese eco que se siente aún un rato después de finalizado el show, huella imborrable de una agitada noche de rock.

 

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