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TANGO FUGAZ

TANGO FUGAZ

El sábado se presentó en Hemisferio La Chicana, esta banda que transita por géneros rioplatenses como la milonga, el candombe y el tango pero posee un marcado costado rocker. Fue su primera vez en la ciudad y seguramente no la última.

 

Cuando habían pasado 45 minutos de la hora prefijada la figura oscura y esbelta de Dolores Sola se adelantó de entre las sombras y ganó el escenario. Así marcaba el inicio de una presentación sólida desde lo musical pero bastante escueta desde la duración. La dupla de la hermana de quien fuera gobernador de la provincia y el guitarrista y compositor Acho Estol entregó un repertorio compuesto de clásicos populares y temas propios. Los acompañó de forma sólida un cuarteto de músicos: el violin de Osiris Rodriguez, la percusión de Federico Tellechea, el bajo eléctrico de Manuel Onis y el bandoneón de Patricio Bonfiglio.
 Esta petit orquesta de cuatro integrantes sumó colores y matices a la presentación, al mismo tiempo que una especie de base intensa para el actin de la dupla Sola-Estol. Porque La Chicana no es únicamente música, es también un discurso actoral y escénico (por lo tanto contigente y hecho sobre determinadas estructuras de pensamiento) con cierto tinte político y con alguna reminiscencia a excesos de juventud; por eso hubo una descripción irónica de Elisa Carrió por acá, un comentario en tono de chascarrillo sobre el folklore de proyección por allá, todo entre el tintineo de las copas llenas y una iluminación austera y tenue.
Abrieron con Canción llorada, título que le da nombre a un cd edición especial para su gira europea 2005 y sobre el que discurrió la mayor parte del tiempo el recital. Por lo tanto también fueron de la partida Que queres con ese loro?, La patota, Forró em Santa Luzia y Ayer hoy era mañana. Más algún clásico popular como Confesión, pero no mucho más. Promediando la hora en escena el bajista de un movimiento, rápido y carente de vacilaciones, guardó su instrumento. Luego tocaron alguna más, pero ya metidos en un franeleo estéril con el público, dejando como aclaración que todo era una discordancia de partituras.
Claro está que esto no le restó potencia interpretativa a su performance, se pueden decir muchas cosas sobre la música de La Chicana; por ejemplo que se trata de un tango totalmente desprovisto de pacatería y muy mezclado con el rock, pero esta crónica pretende ser como fue el recital: intenso pero pequeño, efímero y de esos que te dejan con sed de más.

 

Foto y videos: Hichis

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