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ROCK DE CAMARA

ROCK DE CAMARA

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La escenografía es como si estuviésemos en un palacio francés del siglo XVIII, estilo neoclásico; así es como luce el auditorio del primer piso del Pasaje Dardo Rocha. Entre obras de arte y guardias de seguridad tocaron Mosturo! y Norma, también hizo se debut Camión, y todo se desarrolló en una tempranera noche de rock independiente platense.

 

 

No más de 8:55 pm, el cronista siente esa melodía (un riff oscuro con una voz aún más oscura, los acordes de dios para ser más preciso) justo en el momento que está llegando, la suerte lo ha favorecido una vez más; es Mostruo! abriendo su recital. La voz de Finocchi trasvasando el aire del recinto, “Entender la pena / no me hace sentir mejor…”
Hace tiempo que los Mostruo! vienen demostrando que han dejado de ser una revelación para mutar en una de las bandas que mejor representan la escena de la ciudad en capital por ejemplo; relativamente nuevos pero con un sonido en extremo ajustado. Cada integrante sabe al dedillo lo que tiene que hacer. Son sólidos y contundentes, como si fueran siempre directo al grano.
Fue un show corto, alrededor de diez temas, en su mayoría composiciones que no están en Grosso, aunque la lista quiso que este la ya nombrada, El universo y Tu culpa. Mostruo! es una banda que le pone alma a su actuación.
Excepto Federico Mutinelli que tiene un estilo de tocar más reposado (esto no le resta pasión a sus punzantes bajos), el resto despliegan rock and roll con el dispositivo cuerpo, un abanico inacabable de movimientos en los que se ve traducida su música cuando están en escena.
Kubilai atacando las notas con ese estilo tan erotizado, como si tuviera una mujer en la entrepierna en vez de su guitarra y esa forma de ejecutar el instrumento, que tiene que ver con los acordes de poder. Y Finochi, una especie de Jack Black platense poseído, cada vez que toca, por el espíritu de Jimmi Hendrix. La música de este cuarteto es un puente entre el rock retro de los años 70 y composiciones contemporáneas, combinación que da muy placenteros resultados.
Y luego Norma, con las cajas de sonido pidiendo respiro. Una performance que derrochó energía a fuerza de esa furia protopunk que los caracteriza. La banda de rock dos tonos deleitó a las chicas de adelante, que a cambio regalaron pogo, y a la pequeña multitud de niños que deambulaban por allí. Un ambiente rocker pero a la vez familiar, será acaso alguna paradoja de este comienzo de siglo XXI? Un generó (el rock) que muchos vieron como factor deteriorante de la familia, finalmente se cristalizó y la sociedad lo adoptó en su seno, ya no hay que ser un border para tocarlo ni para curtirlo.
La presentación de Norma también fue corta pero igual de efectiva que la de Mostruo! Tocaron por ejemplo Chalet, Diamante, Uno, Enamorado. El cronista no los veía desde la etapa en que eran un trío y se sorprendió gratamente; la última incorporación les sienta muy bien. Un guitarrista con estilo extraño para tocar, alguien que puede prescindir de la pua y meter dedos a lo bajista, generando solos de extraños recorridos y arrancándole sonidos atípicos a su tránsito por el diapasón. La historia no se extendió más allá de 10:55 pm, en fin, una noche rockexpress de alto vuelo.

 

Enarmonias

Enarmonias

 

 

La muerte toma mates conmigo

Siempre le cebo dulces

A veces viene dios también

A él le gustan más dulces


La parka deja entrever su capucha oscura

A veces le regalo tiempo y claro…

Ella también a mi,

Parece que nos llevamos bien  


Dios y la parka no se llevan bien

Pero tienen un código en común

Se respetan aunque no se quieran

Y husmean juntos en mi vida


Aunque a ellos no les guste

Me muestran sus miserias

Yo les sigo la corriente

A veces a dios lo saluda alguna chica


o la parka posa su mirada

Sobre algún niño y le hace monerías

Los niños le muestran los dientes en su eterna inocencia

Y la parka me mira sonriente, haciéndome su cómplice


Dios y la Muerte buscan trabajo

Yo intento ayudarlos a conseguir uno

Les armo sus curriculums

Y, graciosamente, les doy consejos.


En algunas ocasiones la muerte viene

Vestida de chorro, es genial su look

Se camufla en esos rasgos estéticos

Y con ello se confunde en sus victimas


Dios, a pesar de ser dios, es temeroso

O sólo será su natural rapidez para desplazarse?

En cambio la figura del fin es lenta, tiene los ojos chinos

Y se va ocultando en las miradas, navega en los ojos de los mortales

Muerte

 

Un cortado con la historia

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Café de los maestros es esencialmente un viaje a través de un género musical, un compendio de miradas sobre esa música, ciudadana y urbana, llamada tango. Este viaje de 91 minutos es posible gracias a la guía de un anfitrión de lujo, Gustavo Santaolalla nos lleva de la mano cumpliendo la función de médium entre los exponentes vivos de la época de oro y nosotros los espectadores.
La estética del film es la de documental, al estilo del Buena Vista Social Club de Win Wenders; una mixtura de entrevistas, inserts de la ciudad de Buenos Aires con el motivo musical de fondo y situaciones cotidianas que los protagonistas de esas entrevistas llevan a cabo, entiéndase la vieja guardia del tango.
Hay mucha sala de ensayo, mucha cocina de los músicos gestando arreglos y poniéndose de acuerdo en ese inmenso caos musical controlado que son las grandes orquestas tradicionales, en las que pueden sonar al menos 10 instrumentos a la vez y vaya uno a saber cuantos de máximo.
Hay que aclarar ante todo, que este es un proyecto ambicioso que abarca el film en sí, la edición de un disco, un testimonio escrito y un cierre a toda orquesta (cuak!) con una presentación en vivo en el Teatro Colón.
Uno a uno van superponiéndose nombres de la talla de Virginia Luque, Alberto Podestá, Gabriel Clausi, Ernesto Baffa, Fernando Suarez Paz, Oscar Ferrari, Carlos Lazzari, Juan Carlos Godoy o Emilio De La Peña, y los realizadores se dan el gusto cruzar el Río de La Plata y retratar el costado uruguayo del tango, tan mezclado con el camdombe y la cultura afroamericana, con una exponente de la envergadura de Lágrima Ríos.
Todos los relatos son ricos en vivencias y miradas descontracturadas del fenómeno musical. De esta forma podemos acompañar a los maestros en una tarde en el hipódromo de Palermo, un partido de la selección en un café con historia o el recorrido en bondi hasta el estudio de grabación. En fin, un buen momento para los conocedores de la escena y también para aquellos que no conocemos a fondo el asunto, una suerte de explicación de época a velocidad de videoclip, que nos presenta vivencias profundas y la estela de un momento dorado.

Dialogo 0.0

Dialogo 0.0

-Cual es tu oficio en este momento?

-Me dedico a sobrevivir.

-Como es eso?

-Navego en esta vida y me dejo llevar por las fluctuaciones de la realidad.

-Me seguis gustando.

-Esa es justamente una de las fluctuaciones.

-No entiendo.

-Vos sos un concepto en mi vida, te veo aunque no lo quiera, una prescencia en eso que llamamos realidad.

-Crees que tengo ese poder concientemente?

-No lo se, pero creo que nos sos puramente inocente. "Tu sabes algo" diría el tema de Kiss hecho por Mostruo!.

-En tus sueños me aparezco como Natalia Oreiro?

-Si una versión de ella, un ser que conserva la escencia de una personalidad pero en otro estadío.

-Ahhhhhh, mirá vos que bien...

Rock agresivo con perfume de mujer

Rock agresivo con perfume de mujer

De apoco la ciudad fue tragada por la niebla, quizás también de esa forma, Panza se engulló el escenario de Kalma Bar el pasado viernes 27. Pasadas las 12:20 el cuarteto noise con impronta femenina recogió el guante que le dejó los teloneros platenses de Face Cream.

La banda integrada por Mariana Bianchini (voz), una femme fatal que nunca derrapa en sus divagaciones sonoras, Sergio Alvarez (guitarra), un virtuoso de las seis cuerdas que deambula entre marcadas distorsiones pedaleras y escalas celestiales, Franco Barroso (bajo), un laburante de bases poliritmicas que se atreve a desmarcarse e incursionar en melodías punzantes y complejas, y Pablo Contursi (bateria), un muro sonoro de pulso electrónico pero que es pura tracción rockera; recorrió, a lo largo de una hora y media, alrededor de una veintena de composiciones propias en un recital corto pero contundente.

Panza es una banda que bien podría ser un trío, su sonido remite a esa formación tan minimalista y cruda, pero no, es un collage musical conformado por cuatro elementos que se disputan equilibradamente el terreno musical. No es fácil encontrar agrupaciones que combinen de forma tan concreta lo aspero del género y la dulzura de una frontman (frontwoman sería en este caso?) femenina que es pura actitud punk, una mina que puede susurrar la tonada más cadenciosa o inundar el recinto con un alarido visceral.

 Tocaron temas que fueron desde su primer album (Sonrisas de plastilina del año 2000) hasta el que es hasta ahora su último registro de estudio (Nada es rosa del 2005) y dejaron los oídos platenses con ese eco que se siente aún un rato después de finalizado el show, huella imborrable de una agitada noche de rock.

 

Sonrisa complice

Sonrisa complice

Abrió la puerta y sientió la inmobilidad del espacio, como si fuera algo cerrado al vacio. La mascara adherida a la cara y la mente flotando. Recordó ese momento del día, de ese día igual a todos los otros días de su vida, pero ese momento lo convertía en un día recordable, una huella en la memoria; lo había vislumbrado al señor, tan simple y complicado como eso.

Se sintió nuevamente en la moto, deambulando por el tránsito platense hasta que lo vió, ahora se daba cuenta que el momento tenía una anterioridad, se trataba del desenlace, el fin de un camino, un momento pico. Su boca articulando el NOOOOOO SEÑOORRRRR y esa sonrisa de mago-vampiro-durmiente que dice "yo lo se todo my friend".

Entonces se percató del miedo, esa constante felicidad lo ponía tenso, algo que se expresa cuando uno piensa: "...el hedor me está quemando las fosas nasales...".

UNA CUMBIA, UNA CARA, UN VOMITO

UNA CUMBIA, UNA CARA, UN VOMITO

 

El sábado pasado se presentaron en Berisso Andando Descalzo y Se Va El Camello; noche de ritmos variados, fisonomías conocidas y espíritu rock

Diabolo es un pool con mucho toque rock, ostentando únicamente una pantalla gigante que dispara imágenes musicales en todo momento, y unas luces dispuestas con mucha estrategia, se viste de escenario para las bandas de la movida independiente alterlatina o rock mestizo, o como le quieran llamar.

Un momento antes de las doce la moto trepó el cordón y se estacionó en la puerta trasladando a sus dos ocupantes, un hombre y una mujer, había una cola de media cuadra aproximadamente. Todos jóvenes que esperaban conversando bajo para poder entrar al antro. Una de las personas que llegó en la moto intuyó que la mayoría eran chicos y chicas que venían a ver a Se va el camello, sobre todo por las coincidencia de sus edades, esta banda que por momentos curte una onda tangorock, se sabe, es joven y está haciendo sus primeros pasos.

Los andando serían la frutilla del postre para unos cuantos trasnochados ya entrados en años, banda que pisa fuerte en capital y alrededores y ha demostrado sólidas convicciones musicales para tener el lugar en el que está. La pareja arrojó un par de nombres en la entrada e ingresó al local. Se acomodaron en la barra, era un buen lugar para observar el desarrollo de los acontecimientos.

La perfomance de los Camellos estuvo cargada por el espiritu de adrenalina y vértigo que toda banda, que recien empieza y sabe como abrirse un camino, tiene que tener. Hicieron delirar a los jóvenes de la cola, como si se tratara del la imagen recortada de un gran estadio, una lente enfocada desde allí, pero dentro de un bar con capacidad para 150 personas: banderas acá y allá, chicas montadas a los hombros de los chicos, cuerpos transpirados en el frío de la noche. Habrán tocado un poco más de una hora aproximadamente.

Luego Andando, con una formación cruda; no hicieron uso de su laboratorio sonoro ni estuvieron los vientos que le cambian tanto la impronta a una actuación, lo que si estuvo es la formación aguerrida de una banda de rock. La pareja en la barra, mientras, tomaba gaseosas con gustos rancios y se despojaban de sus abrigos (una especie de segundas pieles) poniéndolos sobre una luz de neón que corría a través del piso de la barra.

La presentación de los Descalzos fue extensa, cargada de hits que la pequeña multitud cantó a coro, tocaron un poco más de dos horas. Con dos invitados previsibles pero efectivos: Juan Cruz de Encías Sangrantes y el cantante del los camellos.

El local se fue llenando de a poco y no faltó el merquero borracho y agresivo que termina vomitando sus entrañas mientras pide que la música siga sonando; la pareja lo soportó y luego de que la autoridad de la noche lo sacara del local por su escandaloso lanzo, bailó al son de esa que dice “automatizamos el presente flameando en la ocheaba y otro día muere”, luego, al finalizar el show, se colocaron sus abrigos, se subieron a las dos ruedas y se dirigieron hacía su morada, cerca del arroyo.

Este viernes, vuelve a atacar, Moustro! en Ciudad Vieja

A la medianoche en el bar de 17 y 71

Desbaratanbanda de Fiesta

Desbaratanbanda de Fiesta

La big band de ska roots se presentó en una fiesta del Centro de Comuicación Social. Todo de desarrolló la noche del sábado, bajo un interesante marco. La cita fue donde alguna vez funcionó la Vedette Cultural, en La Union Ferroviaria, 17 e/ 68 y 69.

Esta banda demostró una vez más porque se ha consiladado como unas de esas agrupaciones que uno sabe que cuando va a ver no va a defraudar. En algún punto pareció desenterrar el espirutu festivo que llevaban hasta lo alto, por ejemplo, Sarabanda La Banda, claro que los Sarabanda hacían salsa y los Desbaratan curten otro estilo, pero la fiesta se hace presente siempre.

Dos saxos tenores, una trompeta al frente, un trombón, una guitarra ritmica que nunca se cae y otra que hace sólos que nada le podrían envidiar a Santana, una bateria con mucho swing, más bajo con mucho groove conforman este coctel jamaiquino de ska o como ellos mismo le dicen: autentico sonido roots.

Arrancarón como a las tres de la mañana cuando el salón estaba repleto de gente y también de humo de porro. Transitaron sus composiciones, y como lo hacen siempre, algunas composiciones de su banda guía, los fabulosos Skatalites.

A fin de cuentas, si alguna vez sabes de la fecha, acercate que desbaratan garpa seguro.

 

Costumbres

 

Tenía la fucking costumbre de fumar en la puerta del local; creía saber escoger bien los momentos, otro día normal por el momento. Habían pasado los chicos y con ellos el lánguido atardecer. Estaba esa clienta especial con la que parecía tener onda, él todavía no lo sabía, sólo le estaba cachando el palo.

Instantáneamente llegó, esa sensación con la que se acababa la paz y el sentimiento de abstinencia lo empezaba a invadir de a poco. Fue hasta el fondo y saco de su escondite ese porro tan bien armado, tenso y recien empezado al le había pegado unas pocas pitadas el sábado a la mañana.

Cuando lo prendió, previo al encendido de un sahumerio, inmediatamente entró una morocha, joven pero de edad inestimable; odiaba cuando pasaba eso, es que ya no se podía pitar tranquilo es este puto mundo.

Lo volvió a encender y esta vez fue una señora rubia, luego salió y se colmó de satisfacción, decidió dejarlo afuera sobre bicicletero hasta que se apagara. Entró en su flash al local y de inmediato sintió la seca, algún liquido debía ingerir, se fue a hasta el fondo, pero esta vez para agarrarselas con la otra yerba, la mate.

Su clienta especial se fue al baño antes de retirarse y el se imagino todo tipo de cosas, luego fue, sacó su agua y se dispuso a tomar unos verdes.

Vio hacer marcha atrás al patrullero de la policía 2 pero no le dio importancia, luego todo ocurrió de repente, vio a entrar a la mujer policia y su entrada le pareció un secuestro, siempre que alguien entraba como lo hizo la mina le parecía eso. Afuera se quedó su compañero con la radio de frecuencia policial lanzando todo tipo de alertas. Recien cuando la policia lo escudriño desde la cabina se acordó de la tuka en el bicicletero. Tenía un talento especial para perseguirse con los vigis, de una se imagino al policia encontrando el fasito y preguntandole algo. Como una estrella fugaz, así se diparó la estrategia en su mente flasheada, diría con toda confianza que el porro no era de él.

EL uniformado se quedaba en el puerta y no se iba, a él le pareció librar una batalla inacabable con su ansiedad.

Y de repente la catastrofe: observó como la vista del rati se depositaba sobre su condena. El policia se inclinó levemente y tomó la tuka con su mano izquierda. Él lo vio entrar al local y de inmediato supo que su coartada esta hecha trizas.

-De quien es esto?

El se hizo el boludo y le prestó atención detenidamente, como si no supiera de que se trabajaba. Cambió el rictus de su cara, quizás involuntariamente, y afirmó:

-Eso no es mio oficial… lo debe haber dejado alguno de los chicos que pasan por acá.-la cobardía de su mentira le pareció espantosa pero aún así debía salvar su culo.

La policia mujer todavía no había salido de la cabina.

-Flaco, no te hagas el boludo, esto debe ser tuyo.

-No oficial, no uso esas cosas.

-Bueno, entonces vos no viste nada.- Y rápidamente guardó el fasito en uno de los bolsillo de su manga

La mujer policía salió de la cabina, él le cobró mientras el “oficial” miraba distraídamente.

-Hasta luego jefe, todo tranqui por la zona, no? Cualquier cosa llame al 911 y nosotros estamos aca de inmediato.

Él se quedó mirándolo atonito pero relajado.

Inodoro Intelectual

Me cago en el funcionamiento de este puto blog que me hizo perder una buena nota sobre el evento realizado ayer en la republica de los niños. Estaba bueno, puta madre. Adonde iran a parar esas ideas.

Reseña Porco Rex

Reseña Porco Rex

 

Porco Rex / 2007

Indio y los fundamentalistas del aire acondicionado

 

Cuando el año pasado llegaba a su fin y nada parecía inquietar su inexorable marcha el Indio Solari, saltando los decorados como es su costumbre, editó su segundo cd solista; inmediatamente la imaginería ricotera se puso en funcionamiento y no faltó quien augurara que las iniciales del titulo, PR (Patricio Rey), no eran casualidad sino un mensaje directo: la bestia aún sigue con vida. El disco es una obra conceptualmente oscura y densa que dialoga permanentemente con su predecesor (El tesoro de los inocentes) y no deja nada librado al azar. Conformado por letras existencialistas como la de Tatuaje que habla de paisajes oníricos “Yo soy mis sueños y vos / vos sos tu sueño sin fin”, los ciclos vitales “No ves que la eternidad mañana acaba y te vas” o otras más cercanas a excesos rokeros como en Veneno pacienteMe cansa tener gente alrededor / si no meto un trago llega el mal humor” y que apelan a sentencias irrevocables como “no te están quedando más de tus balas de plata / no debí decirlo tu esclavo ahora soy…”. Y claro que no faltan esos personajes tan característicos de la pluma de Solari como el pibe Delete por ejemplo. El exredondos moldea un universo propio y único con su lenguaje, es obvio que el oficio de letrista es uno de sus mayores patrimonios. En cuanto a lo musical, la cosa no desentona con la lírica, melodías pegadizas y tristes; el arreglo de una acordeón exquisita en Ramas desnudas vale por sí solo el precio del álbum. También sobrevuelan omnipresentes guitarras acústicas que batallan por un lugar en la marea de instrumentos eléctricos y el muro electrónico que viene desarrollando desde los últimos de trabajos de la mítica banda, por ahora, disuelta. La única nota negativa del disco es el desaprovechamiento de un invitado de la talla de Andrés Calamaro, que aparece en los créditos pero pasa totalmente desapercibido en el track ya nombrado, Veneno paciente.